Entre los días 24 al 26 de julio se ha celebrado en Praia Grande de Sao Paulo, Brasil, el 7º Congreso de Força Sindical, una de las principales centrales sindicales de este gigantesco país, miembro también de la Confederación Sindical Internacional como la USO.
Según declaraciones de su Presidente, Paulo Pereira da Silva “Paulinho” que fue reelegido, la organización aglutina a más de 2.300 sindicatos con 16 millones de trabajadores y trabajadoras afiliados. En el Congreso participaron cerca de 4.000 delegados, numerosos representantes del ámbito político y social, así como una gran delegación internacional de 96 dirigentes de 60 países. Entre ellos, como única delegación española, participó la USO representada por el Secretario de Acción Internacional, Javier de Vicente.
El Congreso, que prestó mucha atención a las protestas sociales iniciadas recientemente en el país, remarcó el protagonismo sindical con la jornada de acción unitaria llevada adelante por todas las centrales el día 11 de julio, al tiempo que aprobó endurecer la movilización con nuevas huelgas y paros el día 30 de agosto próximo. No faltaron las críticas al Gobierno y las peticiones de dimisión a su Presidenta Dilma Rousseff. Las principales reivindicaciones son la jornada máxima de 40 h, la retirada del “factor previdenciario” para el cálculo de pensiones –parecido al factor de sostenibilidad-, y acabar con la tercerización laboral y la corrupción.
El 7º Congreso vino precedido de una Conferencia Internacional, celebrada los días 22 y 23 de julio, que contó con 6 paneles dedicados a la crisis internacional, la integración, el trabajo decente, el desarrollo sostenible, los modelos sindicales y la protección a través de sistemas de seguridad social. En el panel dedicado a crisis internacional, Javier de Vicente intervino como ponente ofreciendo el análisis de la USO sobre la situación en España y en Europa. En la misma Conferencia, el Secretario General de Força Sindical, Joao Carlos Gonçalves “Juruna”, defendió de manera enérgica la unidad sindical como único medio para garantizar los derechos de los trabajadores ante la globalización, y puso como ejemplo de ello el caso español, donde por primera vez en la historia CCOO, UGT y USO habían construido recientemente un espacio para trabajar unidos.
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